DÍA 20 de enero: VIAJE A DUBLÍN

Ilusión. Curiosidad. Miedo. Muchas sensaciones juntas durante el viaje. Empezábamos una nueva aventura juntos.

El viaje en autobus estuvo muy bien. Se nos pasó el tiempo volando entre unas cosas y otras. Hablamos, cantamos y reimos hasta no poder más.
Llegamos al aeropuerto, para muchos todo era sorprendente. Nuestras caras irradiaban felicidad mientras paseábamos por las tiendas. Hasta que llegó el momento del embarque, de subirse al avión, aunque todavía tuvimos que viajar en un autobus para llegar hasta allí. Subimos las escaleras como si no fueramos gente importante, por qué no?. Colocamos nuestras cosas y llegó el tan temido momento por algunos, otros ni si quieran se dieron cuenta porque se quedaron dormidos nada más tocar el asiento. No estuvo mal, lo compensó las maravillosa vistas desde allí arriba. Todo era espectacular, sobre todo en el momento de la puesta de sol, donde algunos aprovecharon para hacer unas fotos magníficas.

Ya vimos Dublín, luces junto al mar, estábamos felices de encontrarnos sanos y salvos. El aterrizaje no tuvo ningún problema, algunos le cogieron hasta el gusto.
Salimos del avión, nuestras primeras impresiones de Irlanda. Ya todo el mundo hablaba inglés, pero lo que realmente nos preocupaba a nosotros era como conectar los datos para tener internet.
Cuando llegamos a la cinta de las maletas, todos corrimos hasta la nuestra. Las encontramos a todas menos la de Yolanda, que no aparecía por ninguna parte. Esperamos mucho tiempo, era un caos, había mucha gente esperando las maletas. No entendíamos nada. Yolanda  cada vez estaba más preocupada, ya se veía durmiendo con nuestra ropa. Afortunadamente, después de dar mucha vueltas, llegó la maleta. Gritamos de alegría.